Notas de Interés
Ronda clave para sellar el acuerdo Mercosur - Unión Europea
El Gobierno guarda la expectativa de anunciar una alianza antes de la conferencia ministerial de la OMC.

 

 

 

 

El presidente Mauricio Macri recibió a funcionarios de la Cancillería y del ministerio de Producción, que le pusieron al tanto de las negociaciones que se reanudarán en Bruselas para sellar un acuerdo de asociación con Brasil, Paraguay y Uruguay, desde la plataforma del Mercosur, con la Unión Europea (UE).

 

Luego de juntar al gabinete en pleno, Macri se quedó a solas con el canciller Jorge Faurie, el secretario de Relaciones Económicas Internacionales, Horacio Reyser, y el secretario de Comercio, Miguel Braun, conociendo el estado actual del ambicioso proyecto de integración transcontinental, que aún tiene varios interrogantes abiertos.

 

Con una semana de discusiones por delante, en la Casa Rosada se entusiasman con poder anunciar en el marco de la conferencia ministerial de la Organización Mundial del Comercio (OMC), por celebrarse del 10 al 13 de diciembre, que ambos bloques llegaron a un acuerdo para ensamblar sus economías. Se tratará, sobre todo, de una señal al mundo en momentos en que cunde el escepticismo sobre el intercambio global.

 

Pese a la preocupación que genera en el ambiente industrial, el Gobierno sostiene que un acuerdo de asociación aumentará los flujos de comercio, con beneficio directo para las economías regionales, e impactará directamente en el aumento de la inversión extranjera, para favorecer la creación de empleo.

 

Desde la última ronda de deliberaciones, que tuvo lugar semanas atrás en Brasilia, son varios los capítulos con temas pendientes. 

 

Otros puntos sin consenso hacen a las barreras técnicas al comercio y a las medidas sanitarias y fitosanitarias. Los sudamericanos quieren asegurarse un ingreso cierto al viejo continente, que muchas veces obstaculiza la llegada de productos argumentando razones científicas o ambientales sobre la producción de los bienes y sus normas de calidad, mientras que los europeos objetan las trabas en el traslado de mercancías adentro de la unión aduanera.

 

En el capítulo sobre Propiedad Intelectual, que toca sensiblemente a la industria farmacéutica, las discusiones de los negociadores hacen al resguardo de patentes, datos de prueba, secretos comerciales y demás. El viejo continente exige que no se comercien productos que en Europa están resguardados con denominaciones de origen protegidas algo que el Mercosur no acepta, aunque hay un texto consolidado.

 

Fuente: El Cronista

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