Alan Talevi, junto a un grupo de compañeros de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), identificó un fármaco con actividad anti-convulsiva. El trabajo data de 2007, cuando este investigador de 38 años trabajaba en su tesis doctoral. Se trata de los efectos del propilparabeno, un compuesto químico que se utiliza como conservante antimicrobiano en cosméticos, medicamentos y alimentos.

“A nivel pre-clínico, testeado en animales, nosotros validamos esto y a partir de allí entramos en contacto con un grupo mexicano que trabaja en el Centro de Investigación y Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional (IPETH)”, contó Talevi en diálogo con La Nación.

A través de distintos proyectos de cooperación binacional en conjunto con el IPETH de México y la ayuda del CONICET, se avanzó en la caracterización del fármaco. “Allí fue cuando surgió que este compuesto es activo en un modelo de una condición que se llama ‘status epilepticus’, que se da cuando una persona tiene muchas crisis epilépticas seguidas”, señaló el investigador.

El compuesto se patentó en México porque ya tenía un uso previo y no podía patentarse en el país. “Nuestra ley de patentes no permite proteger segundos usos, pero sí lo permite la legislación mexicana”, detalló Talevi.

El estado epiléptico puede generar daño neuronal, neurológico e incluso, si no se logra controlar, puede llevar a la muerte. El descubrimiento que realizaron los investigadores, deriva de la observación de ese compuesto, que funcionaría como neuroprotector, de manera de proteger dicho daño generado por estas convulsiones.

No obstante, a pesar del gran hallazgo realizado por los científicos, todavía queda una parte importante para pasar a la siguiente fase. “Para avanzar, se necesita de un socio comercial a nivel privado y el costo del bolsillo es de 300 millones de dólares aproximadamente”, explica el científico.

Alan Talevi es integrante del Laboratorio de Investigación y Desarrollo de Bioactivos de la Facultad de Ciencias Exactas y trabajó en conjunto con Luis Bruno Blanch y Carolina Bellera. Por otro lado, los científicos mexicanos que trabajaron en tándem desde allí fueron Luisa Rocha, Sandra Orozco Suárez y César Santana Gómez.

Fuente: La Nación