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Demuestran la eficacia de un nuevo fármaco contra el cáncer
Investigadores del Vall d'Hebron Instituto de Oncología, en Barcelona, desarrollaron un nuevo medicamento que combate las células cancerosas atacando directamente su núcleo.

 

 

 

 

 

 

El equipo de investigación es liderado por la doctora Laura Soucek, quien lleva 20 años estudiando el oncogen MYC, del que depende la supervivencia de las células tumorales. Las conclusiones de su investigación, publicadas en la revista Science Translational Medicine, apuntan a un revolucionario medicamento llamado Omomyc que podría atacar todo tipo de tumores, no solo evitando su crecimiento, sino además haciéndolo retroceder.

 

Los oncogenes MYC intervienen en la proliferación y la división celular, en el metabolismo e incluso en la regulación de la respuesta inmunitaria, lo que los convierte en un pilar básico de la enfermedad. Por este motivo, al inhibir el MYC es posible atacar a las células tumorales desde distintos frentes: en primer lugar, bloqueando la proliferación celular, limitando así su crecimiento. En segundo lugar, impidiendo su actuación en la respuesta metabólica de la glucosa, los lípidos y en la formación de nuevas estructuras de la célula, afectando así al crecimiento y supervivencia de las células cancerígenas. En último lugar, facilitando que las células tumorales sean detectadas y atacadas por el sistema inmunitario.

 

“Los beneficios de inhibir MYC eran conocidos, pero faltaba la herramienta precisa. Ahora hemos demostrado que Omomyc, en su nueva forma de miniproteína, tiene la capacidad de penetrar en el núcleo de las células tumorales e inhibir MYC para bloquear la progresión del tumor”, explica la doctora Marie-Eve Bealieu, primera autora del estudio.

 

Las investigadoras probaron el fármaco en ratones con cáncer de pulmón no microcítico (NSCLC; por sus siglas en inglés), el subtipo más agresivo y mortal en humanos. Descubrieron que el fármaco había llegado a las células tumorales, consiguiendo frenar la progresión del cáncer sin efectos secundarios apreciables. Además, después de cuatro semanas de tratamiento, cerca de la mitad de los animales quedaron libres de células cancerosas, con lo que las investigadoras llegaron a la conclusión de que Omomyc no solo impide el progreso de la enfermedad, sino que además puede hacerla retroceder.

 

En el estudio, la doctora Soucek y su equipo indicaron por primera vez que Omomyc puede ser producido como miniproteína, y que su administración como fármaco antitumoral es una forma alternativa a su uso como transgén (un gen modificado) empleado hasta la fecha, pues demostró ser tolerable y eficaz en los ratones. En efecto, uno de los grandes obstáculos a los que se enfrentaban el equipo científico eran los posibles efectos secundarios. No en vano, del MYC depende la multiplicación de nuestras células, un factor esencial para la renovación de los tejidos. Sin embargo, las investigadoras descubrieron que la inhibición de MYC no afectaba al ciclo de las células sanas.

 

Después de demostrar su eficacia en ratones, las investigadoras planean ensayar el fármaco en pacientes aquejados de cáncer de mama y de pulmón, y extenderlo a otros tipos de cáncer si consiguen resultados satisfactorios. El estudio demostró asimismo la posibilidad de combinar la administración de Omomyc con Paclitaxel (un fármaco de aplicación intravenosa que suele administrarse en pacientes con cáncer de pulmón), sin efectos secundarios añadidos ni interacciones farmacológicas destacadas. Además, según la doctora Soucek, podría ser administrado junto con la inmunoterapia, una nueva estrategia terapéutica que está demostrando tener un gran potencial en distintos tipos de tumor, lo que lo hace todavía más prometedor.

 

Fuente: National Geographic España

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