Martín Sellés, presidente de la patronal española Farmaindustria, reconoció que tiene constancia de que algunas plantas farmacéuticas están produciendo ya esas vacunas "a riesgo", ante la previsión de que será necesario disponer de dosis a gran escala a corto plazo, lo que supondrá distribuir miles de millones de vacunas. En el caso de que los estudios clínicos no tengan éxito, esa producción ya en marcha tendría que ser desechada. En estos momentos están en funcionamiento cerca de un centenar de proyectos de desarrollo de vacunas en el mundo.

Según Farmaindustria, existe un compromiso claro por parte del sector para que la futura vacuna se pueda distribuir de manera masiva con el "compromiso claro y rotundo" de que tenga un costo "asequible". "No hay un ánimo de lucro en el desarrollo de la futura vacuna", aseguró Sellés y agregó que "hay que ser extraordinariamente prudentes pero podemos decir que varias compañías tendrán avances ya para diciembre, que serán significativos en el primer trimestre de 2021".

A su vez, destacó que la lucha del sector farmacéutico contra el coronavirus se está desarrollando en dos frentes. Por una parte el de la vacuna que supone un gran reto para el sector desde un punto de vista industrial. "Muy pronto tendremos respuesta a esta línea de acción", que en su opinión es fundamental ya que la "confianza de la  población volverá cuando tengamos la vacuna" y hay que destacar, en su opinión, el papel de las grandes industrias capaces de asumir ese reto de producción masivo (como GSK, Sanofi, Pfizer, etc). La segunda línea de acción del sector en la lucha contra el Covid-19 es la del tratamiento, centrado en la disminución de la carga viral de los pacientes, que se está afrontando en el empleo de medicamentos eficaces en la lucha de enfermedades como el ébola o el VIH. También se está potenciando el estudio de mecanismos para reducir la respuesta inmunológica, que en opinión de Sellés "están funcionando bastante bien", ya que el objetivo es evitar la llegada de los pacientes a las UCIS.

El representante de Farmaindustria destacó que la industria farmacéutica ha reaccionado al reto del coronavirus en tiempo récord. Que mientras un medicamento tarda normalmente 10 años en comercializarse y una vacuna al menos siete años, los plazos que se manejan en estos momentos serán mucho más cortos. El presidente de la patronal reconoce que la crisis del coronavirus ha evidenciado la necesidad de dar más importancia al sistema sanitario público y que el sistema económico "estimule el crecimiento del sector farmacéutico y biomédico".

Fuente: El Periódico