Notas de Interés
Utilizan saponinas de un árbol mapuche para desarrollar vacuna contra Covid-19
Los agentes activos se extraen de la corteza y madera del Quillay que, transformados en polvo, son adquiridos por el laboratorio Novavax para utilizarlos como adyuvantes.

 

 

 

 

La farmacéutica sueco-estadounidense Novavax  comenzó a probar en seres humanos los efectos de una vacuna desarrollada con un ingrediente extraído de la corteza y madera de un árbol milenario endémico de Chile.

Se trata de una vacuna que acaba de obtener la vía rápida para su aprobación y está en su fase final de ensayo clínico en Reino Unido. Este mes iniciará sus últimas pruebas en EE.UU., México y Puerto Rico.

 

El elemento clave para esa vacuna está en un árbol que los indígenas mapuches usan desde tiempos ancestrales como planta medicinal para curar todo tipo de males, desde enfermedades estomacales y respiratorias hasta problemas en la piel y reumatismos, y cuyas propiedades curativas son conocidas (y aprovechadas) por la industria cosmética, alimentaria y farmacéutica desde hace décadas.

 

El quillay -quilleja saponaria si le preguntas a un científico, küllay para un mapuche- es conocido como el “árbol de la corteza de jabón” por sus saponinas vegetales, unas moléculas que hacen espuma al entrar en contacto con el agua y que se han convertido en un codiciado potenciador de la respuesta inmunológica de varias vacunas. Una de ellas es la de Novavax.

 

La clave está en que las saponinas del quillay pueden transformarse en adyuvantes, unas sustancias que amplifican el efecto de la vacuna. Pero el proceso es complejo. “Los adyuvantes se llevan desarrollando muchos años y apoyan la respuesta inmunológica de la vacuna, haciendo que sea mayor y de mejor calidad” explica el doctor Gregory Glenn, jefe de investigación y desarrollo de Novavax y agrega que esos compuestos “proporcionan a nuestro sistema inmunológico una importante señal de alarma para que reaccione a la vacuna”.

 

El científico afirma que “es importante agregar un adyuvante a la vacuna contra el covid para obtener una respuesta más alta que nos proteja mejor. Lo que hacemos nosotros es fabricar una proteína específica a partir del genoma del virus y la introducimos en una partícula. También hacemos el adyuvante (a partir de las saponinas del quillay), que introducimos en otra partícula. Esos adyuvantes son clave para que nuestro cuerpo reconozca la proteína y así genere una respuesta potente”.

 

Las saponinas se encuentran en muchas plantas, pero hasta ahora solo las del quillay han resultado ser efectivas para la industria farmacéutica, que tras años de investigación encontró una fórmula para transformarlas en adyuvantes no tóxicos para el ser humano.

 

La empresa que proporciona las saponinas a Novavax, la biotecnológica Desert King, desarrolló un procedimiento para extraer los agentes activos de la corteza y de la madera del quillay que, transformados en polvo, vende al laboratorio para que pueda fabricar sus vacunas. “Se sacan como 30 o 50 kilos (de saponinas) de un árbol grande. Se le limpia el corcho, la parte de arriba de la corteza, se las sacan con unos cuchillones, y lo demás lo botan. Es muy poca cantidad la que se puede extraer. Yo planteé extraerlas de la madera para no matar el árbol, y así nació nuestra empresa”, cuenta el investigador chileno Ricardo San Martín, quien lidera el Departamento de Innovación de Desert King International desde San Diego, California.

 

San Martín lleva toda su vida estudiando las saponinas del quillay y su aplicación en vacunas. “Cuando aparecieron nuevas enfermedades hacia los años 90 se vio que los adyuvantes antiguos no estaban funcionando bien. El cuerpo no recordaba lo que había pasado y la respuesta inmune era pobre. Ahí empezó una búsqueda frenética por nuevos adyuvantes”, dice. “Hacia los años 50 ya se había descubierto que ciertos compuestos del quillay cumplen el rol de adyuvante. Más adelante, un investigador danés con quien yo trabajé, Kristian Dalsgaard, observó que al inyectarlo en animales les producía mucha irritación y lo purificó. Ahí fue cuando empecé a investigar estos compuestos, en el 95”, explica San Martín.

 

El investigador relata que “poco después, en Estados Unidos descubrieron que una parte de ese compuesto podía usarse en vacunas humanas. Así nació el QS21, el nombre científico del adyuvante de la saponina purificada de quilla. Hace unos 10 años la farmacéutica GlaxoSmithKline (GSK) obtuvo la aprobación para usarlo en vacunas humanas. La del herpes zóster y la de la malaria, por ejemplo, usan esos compuestos. Novavax usa una fórmula un poco distinta que le permite no tener que extraer el compuesto puro. Eso hace que les resulte más fácil obtener más cantidad de este adyuvante”.

 

Fuente: BBC

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