La Food and Drug Administration de los Estados Unidos (FDA) dio su aprobación al uso del inhibidor de menina, Revumenib (Revuforj), para el tratamiento de adultos y niños mayores de 1 año con leucemia aguda recidivante o refractaria y translocación del gen de lisina metiltransferasa 2A (KMT2A).
Los reordenamientos del gen KMT2A (KMT2Ar) originan una forma agresiva de leucemia aguda, que está vinculada a un pronóstico extremadamente negativo y a altas tasas de recaída. Se estima que más del 95% de los pacientes con leucemia aguda KMT2Ar tienen una translocación KMT2A, un tipo de reordenamiento que ocurre cuando una parte de un cromosoma se rompe y se fusiona con otro cromosoma.
Más de la mitad de los pacientes con leucemia aguda KMT2Ar sufren recaídas después de recibir terapias de primera línea convencionales, con una supervivencia global media (SG) de menos de un año. Con tratamientos de tercera línea o más, solo el 5% de los pacientes logran una remisión completa.
La decisión de la agencia regulatoria estadounidense se basa en los resultados del ensayo clínico fase I/II AUGMENT-101, en el que Revumenib fue evaluado como tratamiento único en 104 pacientes con leucemia aguda asociada a reordenamientos de KMT2A.
El criterio primario de valoración fue la respuesta completa, ya sea con o sin recuperación hematológica. Los datos analizados por la FDA revelaron una tasa de respuesta completa del 21,2%, con una duración media de la respuesta de 6,4 meses. Además, 12 de los 83 pacientes que dependían de transfusiones lograron prescindir de las transfusiones de glóbulos rojos o plaquetas. De los 21 pacientes que no dependían de transfusiones al inicio del tratamiento, 10 (48%) mantuvieron esta independencia durante un periodo de 56 días.
En el ensayo clínico, las reacciones adversas más frecuentes fueron hemorragia, náuseas, aumento de fosfato, dolor musculoesquelético, infección, aumento de aspartato aminotransferasa, neutropenia febril, aumento de alanina aminotransferasa, aumento de la hormona paratiroidea intacta, infección bacteriana, diarrea, síndrome de diferenciación, prolongación del intervalo QT del electrocardiograma. Los especialistas también identificaron disminución de fosfato, aumento de triglicéridos, disminución de potasio, disminución del apetito, estreñimiento, edema, infección viral, fatiga y aumento de la fosfatasa alcalina.