Notas de Interés

Digitalización de la salud: la industria farmacéutica se adapta a la era “smart manufacturing”
La transformación digital en salud y producción farmacéutica ya no es opcional: la convergencia entre IoT, IA, big data y automatización redefine procesos, calidad y modelos de negocio en la industria farmacéutica.

La digitalización en el ámbito de salud y producción farmacéutica se ha acelerado en los últimos años debido a factores como la pandemia, la presión por mayor eficiencia, la demanda de transparencia y la integración de nuevas tecnologías. La industria farmacéutica está transitando desde instalaciones tradicionales hacia plantas inteligentes («smart factories») donde los sensores, la analítica en tiempo real, la automatización de líneas y la trazabilidad digital son la norma.


Para la producción farmacéutica esto significa: sistemas de fabricación conectados (MES/SCADA integrados), sensores de calidad in-line, mantenimiento predictivo en equipos críticos, uso de blockchain o registro digital para trazabilidad de lotes, y plataformas de datos que permiten la optimización continua. Estas innovaciones permiten no solo la reducción de desvíos y tiempos de inactividad sino también la capacidad de responder más rápidamente a cambios regulatorios, escasez de insumos o variabilidad en la demanda.

 

Uno de los aspectos clave es la integración de la digitalización con la normativa. Las autoridades regulatorias están avanzando hacia modelos de inspeción remota, verificación digital, controles basados en datos (data-driven QA) y la posibilidad de usar evidencia real de proceso (real-world evidence). Esto obliga a las empresas a plantear un enfoque multidisciplinario que combine automatización, calidad, ciberseguridad y formación del personal.

 

Desde la perspectiva de inversión, la digitalización permite escalar operaciones globales más fácilmente, acceder a cadenas de producción regionalizadas o flexibles, y adaptarse a modelos de fabricación «por contrato» (CMO/ CDMO). En la región latinoamericana, las plantas que adopten estas tecnologías pueden posicionarse como sitios competitivos globalmente para producción y servicios.

 

En definitiva, la digitalización de la salud y la producción farmacéutica no es sólo una cuestión de tecnología: es un cambio estratégico que impacta el diseño de planta, la gestión de calidad, la cadena de suministro y la capacidad de la industria para responder con agilidad al mercado.

 

 

Fuente: Curecompass.