54 Pharmaceutical Technology Edición Sudamérica 2025 - N º198 A nivel internacional, la promoción de medicamentos de prescripción está regulada por directrices y normativas estrictas, como las de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), la Food and Drug Administration (FDA) en EE. UU., y la Organización Mundial de la Salud (OMS). En la mayoría de países, la publicidad directa al consumidor está prohibida, con la excepción de Estados Unidos y Nueva Zelanda, donde se permite bajo condiciones muy controladas. Las normativas nacionales y supranacionales establecen que toda comunicación promocional debe ser veraz, equilibrada, comprobable y basada en la evidencia científica. Es obligatorio incluir información esencial: nombre del medicamento, composición, indicaciones autorizadas, contraindicaciones, advertencias, efectos adversos relevantes y condiciones de financiación. Límites y prohibiciones: el delicado equilibrio entre informar y persuadir La promoción de medicamentos de prescripción solo puede realizarse a través de canales y soportes dirigidos exclusivamente a profesionales sanitarios (médicos, farmacéuticos, odontólogos, podólogos y, en algunos países, personal de enfermería). Los materiales promocionales deben ser rigurosos, actualizados y referenciados, y no pueden inducir a error ni exagerar los beneficios del medicamento. Ejemplos de soportes válidos incluyen revistas científicas y profesionales, plataformas digitales cerradas (como portales médicos o apps profesionales), congresos, simposios, actividades de formación continuada, así como e-detailing y webinars específicamente diseñados para profesionales. La normativa internacional y nacional otorga una definición amplia a la publicidad: se considera publicidad cualquier forma de información, promoción o incentivo que tenga como objetivo fomentar la prescripción, dispensación, venta o consumo de un medicamento, independientemente del canal o formato utilizado. Esto abarca desde anuncios tradicionales hasta materiales digitales, obsequios, patrocinios, e incluso la organización de eventos científicos si tienen un componente promocional. Entre los límites y prohibiciones más relevantes destacan: • Prohibición de publicidad al público general: Cualquier forma de promoción dirigida al público general, ya sea directa o indirecta, está prohibida en la mayoría de los países. Esto incluye medios tradicionales, digitales, redes sociales abiertas y cualquier soporte accesible sin control profesional. • Información vs Publicidad: Es fundamental distinguir entre información científica / formativa (permitida) y publicidad (regulada). La línea puede ser difusa, especialmente en el entorno digital, por lo que la transparencia y el rigor son imprescindibles. • Prohibiciones específicas: No se permite el uso de mensajes engañosos, comparaciones desleales, exageraciones sobre la eficacia, ni la omisión de riesgos. Tampoco se puede sugerir que un medicamento es seguro por ser “natural” o que garantiza el éxito terapéutico.
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