Noticias de la industria
La tecnología se alía con la diabetes
Los glucómetros con conexión inalámbrica y la irrupción de los medidores continuos de glucosa mejoran el control de la enfermedad.

 

 

 

 

 

 

 

El auge de la tecnología, que está permitiendo dispositivos más potentes, precisos e interconectados para el autocuidado de la salud, está irrumpiendo con fuerza en las herramientas que posibilitan el control de la diabetes. Los nuevos glucómetros y los sistemas de monitorización de la glucosa ofrecen ventajas tanto en la generación e interpretación de los datos como en las posibilidades para compartir la información con el entorno del paciente y los profesionales sanitarios.

 

El glucómetro 'GlucoMen areo 2K', de Menarini, con conexión inalámbrica por NFC, se vincula al teléfono y permite al paciente consultar los datos en la aplicación y compartirlos con el profesional sanitario.

 

La evolución de los glucómetros para el autocontrol del paciente con diabetes ha respondido en los últimos años a prioridades cambiantes. En estos últimos años se han centrado en la conectividad: “Los glucómetros mediante conexión inalámbrica (NFC o BLE) pueden vincularse a otros dispositivos médicos, como las bombas de insulina, y a diferentes aplicaciones de diabetes que disponemos en nuestros teléfonos inteligentes”, explica Raúl Carrillo, group product manager de Menarini Diagnostics que comercializa el glucómetro GlucoMen areo 2K con conexión inalámbrica por NFC. Carrillo señala que los datos se almacenan en la nube, lo que permite compartirlos con los profesionales de la salud o con el entorno más próximo al paciente.

 

Las aplicaciones “ayudan al paciente a mantener una correcta autogestión de la diabetes”, defienden desde Roche. Entre sus funciones destacan el diario de diabetes para registrar la glucemia, eventos de alimentación y en especial carbohidratos, medicamentos, peso y hemoglobina glicosilada (HbA1c), entre otros parámetros. Permiten llevar a cabo este registro “de forma lúdica y divertida, además de mejorar la comunicación con el equipo médico”.

 

Estos productos en los últimos años también han experimentado otras mejoras, como la exactitud y facilidad en la interpretación de los resultados, utilizando herramientas como las escaleras de colores que ayudan a identificar hipo e hiperglucemias, apuntan desde el laboratorio suizo.

 

Las funcionalidades adicionales pueden marcar la diferencia para el paciente, afirma Pilar Isabel Beato, coordinadora del Grupo de Trabajo de Tecnologías Aplicadas a la Diabetes de la Sociedad Española de Diabetes (SED). La experta resalta que permiten, por ejemplo, realizar estadísticas generales de los datos de glucemia almacenados, establecer promedios, registrar los valores máximos y mínimos y, en algunos casos, generar gráficas. A su vez, estos datos de glucemia pueden descargarse a un ordenador, mediante softwares específicos, para que sean valorados por el profesional. Estos programas informáticos “permiten estadísticas avanzadas y generan múltiples representaciones gráficas que facilitan la interpretación de los datos”.

 

Otra ventaja adicional que ofrecen algunos glucómetros es la generación de avisos cuando se detectan valores elevados o bajos de glucosa, que ayudan al paciente a identificar situaciones de riesgo y permiten responder con prontitud antes de que se produzcan mayores complicaciones. Algunos incluyen el calculador o recomendador de bolo, que “en función del nivel de glucosa detectado y de la cantidad de hidratos de carbono que el paciente indica que va a ingerir, generan una recomendación de la insulina de acción rápida que debe administrarse el paciente”, expone la experta de la SED.

 

Pero además del desarrollo de glucómetros avanzados, la aparición de los sistemas de monitorización de glucosa en líquido intersticial o medidores continuos de glucosa, han cambiado las perspectivas de los pacientes en el control de su enfermedad. Carrillo expone que los niños y adultos con tratamiento de múltiple dosis de insulina están cambiando sus pinchazos diarios por estos sensores continuos de glucosa que se insertan subcutáneamente en el abdomen o antebrazo durante 7, 10 o 14 días. Esta tecnología permite obtener un registro de su glucosa en el teléfono móvil cada minuto o cada 5 minutos durante el período de inserción del sensor.

 

Además de posibilitar que el paciente tenga mucha más información de sus glucométricas principales, permiten “una mejora de la calidad de vida y una reducción de costos para el Sistema Nacional de Salud” resalta José María Barranco, director de Market Access y Ventas de Abbott Diabetes Care.

 

Si además, prosigue Barranco, “están expresamente indicados para tomar decisiones terapéuticas, como la dosificación de insulina, la ventaja es clara a la hora de ofrecer autonomía al paciente y que esté mejor informado en las decisiones de su día a día ante preguntas como: ¿Cuánta insulina administrar? ¿Cuándo administrarla? ¿Qué ingesta de hidratos de carbono tiene que realizar ante una situación de hipoglucemia? Además, apuntan desde Roche, los sistemas cuentan con alarmas que avisan también durante la noche. “Permiten comprobar lo que está sucediendo con solo mirar el receptor o el móvil dependiendo del modelo que se use”. Posibilitan identificar hipoglucemias que antes no se detectaban por no causar síntomas: “Al mostrar toda la película, permiten ver la evolución de los niveles de glucosa durante todo el día y detectar situaciones que permanecían fuera del conocimiento del paciente”.

 

El sensor implantable para la monitorización continua de glucosa 'Eversense XL', de Roche, permite el control de los niveles de glucosa medida en el fluido intersticial en adultos y durante seis meses como máximo. No solo es importante generar información, sino compartirla. Barranco afirma que el sistema de Abbott permite que pacientes y profesionales dispongan de una aplicación en la nube que facilita realizar “un seguimiento más informado y cercano a la situación, mejorando la toma de decisiones compartidas”.

 

Para Marta Botella, del Grupo de Diabetes de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), existe margen de mejora de estos sistemas y pasa por reducir la frecuencia tanto la calibración de los sensores (cada uno o dos días) como el cambio de catéter (cada quince días).

 

 Fuente: Correo Farmacéutico

  • en iyi dershane
  • ankara dershane
  • EDICIONES VR S.A.
    Tel.: (+54 9 11) 4424-2885
    info@edicionesvr.com