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GSK refuerza su apuesta por la hepatología con la adquisición de un fármaco de Boston Pharmaceuticals
Una inversión de 1.850 millones de euros impulsa su cartera de tratamientos innovadores para enfermedades hepáticas graves.

GSK ha dado un paso importante —y con visión de futuro— al cerrar la adquisición de un tratamiento en investigación para enfermedades hepáticas graves (SLD). El acuerdo, valorado en 1.850 millones de euros (u$s 2 mil millones). La operación, anunciada en mayo de este año, permite a la farmacéutica hacerse con BP Asset IX, una filial de Boston Pharmaceuticals.

 

Este movimiento no solo expande la cartera de productos de GSK. También pone el foco en condiciones complejas y cada vez más frecuentes que, hasta ahora, han tenido pocas opciones terapéuticas reales. Hablamos de enfermedades del hígado, del pulmón y del riñón, tres pilares clave en la visión a largo plazo de la compañía.

 

 

Una apuesta por la hepatología, con propósito clínico

 

Este medicamento no es un fármaco más en desarrollo. Actualmente en fase III, se trata de una inyección subcutánea mensual con un potencial terapéutico notable. Su mecanismo se basa en un análogo del factor de crecimiento de fibroblastos 21 (FGF21), diseñado para detener —e incluso revertir— el avance de la esteatohepatitis metabólica asociada a disfunción (MASH), incluida su forma más grave: la cirrosis. También se investiga su eficacia en la enfermedad hepática relacionada con el alcohol (ALD).

 

Estas patologías son hoy una de las principales causas de trasplante de hígado en Estados Unidos. Pero más allá de los datos, hay algo claro: representan una carga inmensa, silenciosa y creciente para los sistemas de salud... y para las personas que las sufren.

 

 

Una estrategia científica que conecta innovación y necesidad clínica

 

La experiencia de GSK en genética humana y fenotipado de enfermedades es una de las claves que sustentan esta inversión. Basándose en esos conocimientos, creen que este fármaco puede tener un efecto directo sobre la fibrosis hepática. ¿El objetivo? Tratar no solo síntomas, sino también las causas biológicas subyacentes.

 

Y van más allá: la compañía prevé combinar este tratamiento con un siRNA terapéutico también en desarrollo, para ofrecer soluciones más personalizadas a distintos perfiles de pacientes con SLD. En otras palabras, avanzar hacia una medicina que no solo sea más eficaz, sino también más humana.

 

 

Un año marcado por hitos regulatorios

 

Este impulso en hepatología no es el único avance reciente. En junio, la FDA estadounidense aprobó una nueva presentación de el autoinyector para pacientes a partir de cinco años con nefritis lúpica activa. Este logro representa mucho más que una aprobación: es otro paso en el compromiso de GSK por desarrollar terapias innovadoras para enfermedades complejas y desafiantes.

 

 

Fuente: Consalud