La convergencia entre biotecnología avanzada, automatización digital y medicina personalizada está generando un vuelco profundo en la forma tradicional de concebir los medicamentos. La irrupción de las llamadas terapias de células y genes (CGT) exige nuevas infraestructuras, métodos analíticos más sofisticados y marcos regulatorios adaptados a una realidad más dinámica y compleja.
En este contexto, la inteligencia artificial (IA) deja de ser una herramienta auxiliar para convertirse en un pilar estratégico. Desde el descubrimiento de nuevas moléculas hasta la optimización de procesos de manufactura, el uso de IA y ciencia de datos permite reducir los tiempos y costos de desarrollo, mejorar la precisión en la detección de dianas terapéuticas, anticipar efectos adversos, y personalizar tratamientos.
Este enfoque permite además transformar cómo se organiza la cadena de valor del medicamento: ya no basta con "sintetizar un principio activo”. Las compañías que lideran esta transición integran plataformas digitales, análisis de datos, control de calidad avanzado, y sistemas automatizados de producción, promoviendo un modelo más ágil, eficiente y flexible.
El auge de las CGT no es anecdótico: los estudios industriales en terapias celulares y génicas se han triplicado en la última década, y los acuerdos de fabricación de este tipo de terapias aumentaron considerablemente, lo que muestra que la industria apuesta fuerte por ese rumbo.
Este giro hacia la “Industria Farmacéutica 5.0” aporta beneficios potenciales enormes: tratamientos para enfermedades hoy incurables, terapias personalizadas, reducción de efectos secundarios y una mayor eficiencia en la I+D. Pero también implica desafíos importantes: la necesidad de adaptar normativas, asegurar la calidad de los datos, desarrollar infraestructura tecnológica, y garantizar la equidad y el acceso a estas terapias.
En definitiva, el sector farmacéutico se encuentra en un punto de inflexión. Las empresas que logren integrar la biotecnología avanzada con capacidades digitales y regulaciones adecuadas tendrán la oportunidad de transformar la medicina contemporánea. Aquellas que no lo hagan, podrían quedar rezagadas ante un cambio de paradigma irreversible.
Fuente: Consalud.